LA TRILLA TRADICIONAL EN CALZADA DE TERA

LA SIEGA

 

En Calzada de Tera, como en toda la Provincia de Zamora, incluyendo Castilla León y muchas más regiones, se recogían los cereales trigo, centeno y cebada, a mano con una herramienta llamada “ Hoz”,“ y a fuerza de mucho trabajo,  sacrificio,  y muchos días empleados,  esta faena, se completaba. Se realizaba cortando la mies.

 

Las manos, se solían proteger con los “Dediles”, que eran trozos de cuero, en los cuales se metían los dedos corazón, anular, y el meñique, evitando de esa forma los posibles cortes, ya que en una mano se llevaba la “hoz”, con la que se segaba, y con la otra se sujetaba el manojo que se iba a cortar, y de cuando en cuando se paraba unos instantes para afilar la “Hoz”, con la “Piedra de afilar”, que se llevaba colgada en la cintura, y así de esa forma se tomaba un pequeño respiro.  

Para realizar esta gran tarea, se empleaba a toda la familia, grandes cuadrillas de segadores poblaban los campos en los meses de Junio, Julio y Agosto. Mientras unos segaban y las iban colocando en “Gavillas”, al lado,  los otros, ( por lo general las mujeres),  las iban recogiendo por detrás  en pequeñas brazadas, y las ataban con pajas de la cosecha anterior que las tenían preparadas para tal fin,  esto se hacia juntando los extremos, retorciéndolos bien y acto seguido se pasaban por debajo, y desde luego, este trabajo de atar, tenia su complicación y su arte, que solamente ellas sabían darle para que no se desatasen.

 

Para que las pajas,  que se destinaban a atar las llamadas “Ataderas”, tuvieran consistencia,  estas antes de ser empleadas,  se mojaban en un charco de agua, se pisaban bien para que se aplastaran y tuvieran más consistencia, y así quedaban listas para ser usadas.

 

        Al finalizar o terminar de segar la finca,  y antes de trasladarse a otra, estando atado en “Haces” estos,  se juntaban en “Mornales,” haciendo varios. Estos “Mornales”, se ponían haciendo media luna con las espigas hacia dentro y terminado con tres haces,  se taparan todas las espigas, de esta manera en caso de tormenta se libraba de ser desgranado.

 

EL ACARREO

 

Una vez acabada la siega o antes, se empezaba el “Acarreo”,  a la era  o pradera,  que para tal fin se tenía arreglada previamente, eliminando todos los  “cardos” y piedras, e incluso se segaba la hierba que tuviera, y finalmente se barría,  de manera que quedase completamente limpia. 

 

Esta labor, se realizaba con la pareja de vacas, y llevaba su tiempo, ya que en cada carga, se invertían, de dos horas y media a tres, debido a la larga distancia existente entre la tierra donde se cargaba y de nuevo regresar al pueblo y descargarla, por lo general iban dos personas, una de ellas se subía al carro mientras que la otra desde el suelo le iba dando los “Manojos” a la de arriba. Para ello se empleaba una herramienta llamada el “Furcon”, que era de hierro con un gran mango de madera, con dos puntas,  de forma que se pudiese llegar sin problemas arriba del todo del carro con los “Manojos”, después al terminar se ataba la carga con el “Dogal”, que eran cuerdas gruesas.

ACARREO

   

      En la  era,  los “Manojos”, se colocaban en circunferencia con las espigas para dentro,  y de esta forma unos encima de otros, hasta una altura de tres o cuatro metros,  y rematando en pico,  para que cuando lloviera no penetrara el agua, a este modo se le llamaban "Medas", algunas se hacían de gran tamaño y construidas con mucha elegancia y maestría.

     Se hacían así,  porque no se mojaban cuando llovía, y además los animales al tener las espigas para dentro no podían comer ni hacer daño.

 

ARRAMAR

      

        Terminado el “Acarreo”, se procedía a ”Arramar”,  que consistía, en coger parte de una de las “Medas”, y se     extendía por la “Era”, ó pradera, haciendo como si fuera una gran circunferencia, procediéndose después  posteriormente, a cortar  todos los “Manojos” con la “Hoz”, una vez que estaba bien extendida se procedía a la trilla,  o a trillar.

 

LA TRILLA

      

         Para realizar esta operación,  labor o faena,  se valían de unas piezas de madera o mejor dicho de tablas que unidas y dándoles la forma que a continuación explicaremos y que se llamaban “Trillos”, los cuales tirados por animales  por lo general solían ser una pareja de vacas, y otra de burros, ó en su caso, una yegua, ó mulas, en alguna ocasión, si la necesidad acuciaba, se podía ser una vaca, con burra, pero en las menos ocasiones,    y dando vueltas, iban desgranando el grano, siendo de esta manera, como  se iba moliendo la paja.

        Estos “Trillos”, estaban construidos de varios tablones de dos metros de largo, por uno de ancho o más, estando compuestos por piedras pequeñas que iban clavadas en la parte baja del trillo. Su construcción, se realizaba en un pueblo de Segovia,  llamando "Cantalejo". Este pueblo construía tantos, que abastecían a media España y los hacían tan bien que no tenían competencia. Casi todo el pueblo se dedicaba a esta industria, pues era muy rentable.

 

TRILLO DE PIEDRAS  

        Además también le ponían entre tablón y tablón, unas tiras de sierra y así de esta manera cortaban más y se reducía el tiempo. Todo esto piedra y sierras, estaban colocadas por la parte que rozaban sobre la trilla. En la parte delantera del trillo los tablones estaban vueltos hacia arriba con el fin que el trillo resbalase por encima de la trilla.

        A la trilla había que estar constantemente dándole vueltas,  para que esta fuera moliéndose por partes iguales. Para darle las vueltas se valían de unas herramientas llamadas “Tornaderas”, que consistían en un palo con cuatro  gayas a la punta. Esta herramienta, se empleaba cuando todavía, la “Trilla”, estaba aún gorda, y la paja, era larga.

TORNADERA

 

 Mas adelante, cuando ya se encontraba lo suficientemente fina, y corta, se cambiaba de herramienta, pasándose a utilizar la “Pala”, que era de madera, evitando así que se clavase en la tierra, a la vez que era la única manera de poder darle la “vuelta”, pues al ser tan  menuda la “trilla”,  no era posible utilizar la “Tornadera”. 

Poco a poco se iba  separando el grano de la paja,  por el  roce de la pedrería del trillo. El conductor de las vacas,    llamado “Trillador”,  sentado en un banco (a veces dormido), y siempre cantarín, en el centro del trillo tenía el cometido de conducir las vacas  y caballerías, que eran las que se usaban para tal menester, por diferentes sitios para que así la trilla fuera moliéndose, y siempre pendiente de que estas no se saliesen de la “Trilla”, y de cambiar cada cierto tiempo el sentido de la marcha, de tal forma que todo se fuese haciendo de manera por igual.

PAREJA DE VACAS TRILLANDO

 

 

Otra forma de dar la “vuelta” a la “Trilla”, era cuando ya estaba completamente menuda, utilizar la “Maquina”, la cual consistía en cuatro ganchos corvos acabados en punta,  y dos acabados en forma de pala, lo cual no quiere decir que sustituyese a las “Palas”, si no que era un complemento ó ayuda, para de esa manera no tener que estar constantemente dándole la “Vuelta” con  la “Tornadera”, ó con la “Pala”, pues esta “Maquina” al tener ambos sistemas, se podía utilizar para los dos cometidos.

 

MAQUINA DE DAR LA VUELTA

 

Esta era la única forma que existía hace unos años, de poder realizar esta faena tan larga y penosa. Esto hoy es una cosa muy  diferente que se hace en mucho menos tiempo. Lo que antes se tardaba unos tres meses, hoy se termina en pocas horas. Imprescindible era un objeto que no faltaba en ninguna era, y que por sus características especiales merece una mención, este objeto tan preciado era nada más y nada menos que el famoso Botijo, que de tantos apuros nos a salvado, y es tan apreciado porque siempre que acudimos a él, tenemos esa agua fresquita, como recién sacada del frigorífico, aunque pocos había en esa época.

BOTIJO

 

Recuerdo que el agua se dejaba al fresco de la noche en el portal de la casa, y a la mañana siguiente se llevaba para la era, y duraba fresca hasta media tarde, después cuando se vaciaba, se iba al pozo de una persona que tenia la casa cerca de las eras, y que permitía que a pesar de ser una finca particular, la gente cogiera allí el agua.  Este fenómeno del enfriamiento, es debido, al efecto térmico que experimenta el agua en su evaporación,  ó lo que es lo mismo, es debido a la porosidad de la cerámica que exuda agua y al evaporarse, toma el calor del interior, consiguiendo de esa forma, su enfriamiento.           

 

LA  AHIJADA

 

Consiste en una vara,  que en su extremo llevaba un aguijón o espuela con la cual se picaba a las vacas. Y vuelta tras vuelta en círculos alrededor de la trilla poco a poco hasta que el trigo se iba separando de la paja.

LAS VACAS

       

        Las vacas tenían todas su nombre: Montañesa, Negra, Bonita, Torda, Pinta,  y otros muchos...

La tarea se hacía constante y penosa por muchos días. El sombrero de paja del trillador servía de camuflaje a un rostro teñido de polvo y de sudor. La soledad a la repetición diaria,  embarga por igual a animales y personas.

Se pierde la sensación del tiempo,  que se repite al son del ruido que produce el trillo al rozar sobre la paja, que se convierte en el silencio de la tarde.

De repente el trillador casi dormido, nota que las vacas se paran inmediatamente,  tiene que ser rápido, le coloca una lata o caldero o una pala para recoger los excrementos del animal. Es la operación marcada por la naturaleza que se repite varias veces al cabo del día o de la tarde.

VACAS PASTANDO

 

EMPARVAR

 

Terminada esta faena, de la trilla, estando separado el grano de la paja,  se procedía a amontonarla con una gran herramienta de madera llamada "Emparvador", al cual se le ponía una soga en sus dos extremos para unírsela a la pareja de vacas que se iban a utilizar para tal fin, después vendría la limpieza con la “Rastrilla”, y el “Barredero”de abaleo, de forma que quedase lista para volver a “Arramar” al día siguiente. En vez de amontonarla en montones se hacía de forma alargada, con las  "Parvas", que consistía en juntarla y darle forma alargada, unos 7 metros de largo por 2 de ancho terminando en su parte más alta en forma de cuchillo, para que así de esta forma, no se mojara, en caso de que lloviese.                                                                                                                                       

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           

Esta forma de “Parvas”,  permitía el poder esperar para limpiarla hasta que hubiera aire, pues no había otra forma de separar el grano de la paja. El día que había aire, se dejaba de trillar y de todo pues lo más urgente era limpiar porque aire no había todos los días, y cuando era propicio, había que aprovecharlo, no importaba que fuese festivo, En esta labor,  solía participar toda la familia, dejando en ocasiones el trillo parado, ó recurriendo a algún miembro más joven, y que por su capacidad, no pudiese realizar la tarea de “Limpiar”, normalmente los niños,   y con sus herramientas de madera, llamadas "Viendos" se procedía a tirar paja al aire. Los mayores por encima de la “Parva”,  y los pequeños por la parte del aire, a quitar las espigas o las pajas largas. Era muy sencillo, simplemente consistía en lanzar la paja hacia arriba con una ligera inclinación, para que el viento llevase la paja   para un extremo, y el grano al pesar más, hacia otro, previamente se habían colocado unas estacas, las cuales servían como referencia, y cada cierto tiempo, se iba separando la paja acumulada.

VIENDO

 

Terminada la limpieza o la separación del grano de la paja, se amontonaba y se pasaba por unas “Cribas”,  llamadas "Cerandas", las cuales son redondas, con fondo de piel y agujereadas. Terminada esta faena el cereal quedaba listo para meterlo en sacos de lino llamados "Costales”, los cuales eran de dos clases, los altos, y los estrechos.  Estos “Costales”, de lino,  se habían construido para tal fin y el tejido o lienzo se hacía en telares que existían en esta provincia de Zamora.

De esta forma el grano quedaba en espera hasta que se llevara al Molino, o sitio donde se almacenaba el cereal, el cual debería reunir las mejores condiciones al estar más aislado de la humedad, y este era de madera.

      

 La trilla es mucho más que el simple trabajo, por espacio de dos meses  (Julio  Agosto y parte de septiembre), es el ir y venir de las gentes en torno a la era. No se encontraba a nadie por las calles del pueblo, ya que toda la  población, se encontraba en la misma faena, en las Eras, así que era una estampa muy pintoresca, pues de hecho los turistas que pasaban por la carretera al ver semejante cosa, y tanta gente reunida, les llamaba la atención y prácticamente todos paraban durante unos minutos para conocer algo que para ellos era totalmente desconocido, y por supuesto enseguida sacaban sus cámaras para inmortalizar ese momento con más tranquilidad es sus lugares de origen, incluso los había que aún se atrevían a más, y aceptando la invitación de algún vecino, se aventuraban a coger las riendas y a montarse en el trillo, y desde luego se lo pasaban en grande durante un buen rato.

 

Algo si que a avanzado, esta forma de vida en el campo, y por supuesto  el progreso también se a notado aquí, ya que solo dar un dato significativo, hoy en día creo que se pueden contar con los dedos de una mano, las parejas de vacas que existen en el pueblo, y posiblemente me sobrarán dedos, esto claro esta es debido a la aparición del tractor, pues con él y los complementos adecuados prácticamente una solo persona, puede realizar todo el trabajo sin necesidad de los animales, por lo que estos han desaparecido, al igual que los burros, que también se encuentran en la misma situación, aunque a pesar de todos los adelantos, el sudor del agricultor, la rutina, y la preocupación de si su cosecha  será buena, si la perderá por culpa del mal tiempo, incluso si la va a poder vender, o tendrá que “regalarla”, como en años anteriores, todo eso hace que la vida en el campo, sea una vida sujeta y pendiente constantemente de todos estos avatares, y que no todo el mundo es capaz de aguantar ese ritmo,  por lo que prácticamente son seres hechos de una pasta y un molde especial, que uno de ciudad ni se lo puede imaginar, la cantidad de sacrificios y penalidades por las que atraviesan.  

EL CARRO

 

El carro era un elemento indispensable para todas las labores del campo, como se puede comprobar, pues prácticamente se usaba en casi todos los procesos. Para su construcción era imprescindible la colaboración de dos gremios como eran el de herrero y el de carpintero. La labor de colocarle las “Llantas”, era realizada conjuntamente. Estos eran de madera, tenía dos grandes ruedas con los radios de madera, sus cubiertas se reforzaban con aros de hierro, llevaba unas “Costanas” a cada lado, la “Bracera”, era la parte delantera, debajo de esta llevaba el llamado “Tente-mozo”, y otro en la parte posterior, estos eran los que lo sujetaban cuando estaba en posición horizontal, como se puede apreciar en la foto,  y finalmente estaba el “Tablado”, que era la parte de arriba donde se iba montado.

     

CARRO AGRICOLA 

LA PAJA

 

Finalmente esta es la última operación, para realizar este trabajo de la recogida de la paja, iban también dos personas, como en el “acarreo”, una era la que se encargaba de cargar desde abajo la paja, con la “Vienda” de madera,  y la otra se subía al carro, e iba distribuyendo la carga, o “Encalcándola”, para esto se ayudaba con una “Tornadera”, y en posición inclinada de rodillas, y como única defensa que tenia para protegerse era un saco, colocado sobre la cabeza, de forma que hacia las veces de capa, aunque de todas formas al final como era lógico, te picase todo el cuerpo.

Una vez en el Pajar, la persona que estaba en el carro, era la encargada de descargarlo, echando la carga por  una pequeña ventana del mismo, la cual se cerraba al terminar con adobes, de manera que se pudiese retirar fácilmente al volver a echar otra carga, y así sucesivamente hasta que el “Pajar”, estuviese lleno por completo.            

VIENDA

 

OTRAS HERRAMIENTAS 

 

 

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